
«Sugerencias y abstracción»
¡Claro!
repetí con fuerza.
El mundo, ese mundo atroz y feroz,
necesita sentir el orgasmo,
paralizar las horas,
repetirse.
«Mi otro yo»
Mis adentros, esos adentros
que despiertan demonios,
los que sin saberlo
penetran hasta el fondo.
Resucitan la melancolía en sexo
que arde y quema con sus humedades
y juntos
forman el elemento sagrado de la castración.
Te persigo como sombra,
abres a diario los espejos
que escupen mis palabras
para volverlas tuyas,
y volverán a mí en besos.
Yo podría regresar
completo,
pero los ojos están dentro de ti,
los arrancaste para mirarte
en lo perverso
que es jugar con niños ciegos.
Sabes binario, simple
me descubres en las cosas perdida
como si el mundo se fuera acabar,
me besas
y la voluntad desaparece.
Tu boca se abre,
recitas
palabras de suicidio emocional
para sepultarnos en silencio.
Merezco placer.
Ese mundo rápido,
unidireccional,
necesita una revolución.
Un orgasmo,
dar vuelta a las horas,
más noches de placer
menos noches de sangre.
la petite mort,
la petite mort,
la petite mort.
Sueña el mundo
con crear la danza del placer,
labios rotos de la mente y el cuerpo
que rondan la revolución empapada.
Día y noche
hacen puntos muertos.
Sonríen,
y después,
el mundo sigue girando.
Makoto regresó en bicicleta
A Amed
La relatividad del tiempo depende muchas veces del gusto que tengamos por la acción realizada. Tal vez por eso los héroes son fundamentales en la creación y modificación de líneas del tiempo que nos marcan.
El mundo que vemos todos los días, tan sólo es la representación mental entre lo que deseamos y la realidad que percibimos, este ejercicio se ha volcado en el modo de relacionarnos todos los días. He podido observar cómo es que la gente que me rodea pertenece a mi mundo y no yo al mundo de los demás.
Es por eso que el héroe puede forjar vínculos entre las personas, rompiendo un poco con los mundos egóicos, no por su ser físico si no por el ser moral. Las redes que puede tejer su personalidad, para conectar no sólo en un vínculo de amistad sino de pensamiento, hacen de esta persona alguien a destacar socialmente.
Éste tiene por herencia responsabilidades sociales hacia la virtud y la justicia, pero, ¿qué pasa cuando el héroe solo quiere divertirse? ¿Cuando él no quería ser héroe? ¿Y si el héroe sólo era la máscara?
Se puede ver de dos maneras. La responsabilidad humana que debemos tener hacia el mejoramiento social, constituye una cuestión de hermandad, donde no sólo el héroe sino la sociedad entera tendrían que volcarse platónicamente hacia la virtud. La segunda es una visión aún más humana; constituye la idea de que una persona puede permear en otras, creando una red que algún día pueda terminar en ideología.
Creo que casi todos los humanos nos movemos de ambas maneras, los procesos de enseñanza-aprendizaje nos marcan desde niños, debemos ser líderes de ideas que otros han predicado. Somos capaces de defender a muerte aquello que nos parece atractivo.
Entonces el héroe, suele salirse de esta lógica. Por azar o por fortuna logra crear una línea alterna al pensamiento ideologizante, una pequeña curva en el camino recto de la vida. El arte, como el gran héroe de la humanidad, nos da impresionantes herramientas para crear modelos alternativos de pensamiento. Entonces, ¿ser héroe sólo es darse cuenta de las herramientas que tenemos todos?
Hay héroes que tejieron redes impresionantes y jamás se dieron cuenta de eso. Personas que gastaron sus herramientas en crear ideas y conceptos, que marcaron gran parte de una población, de una generación o de una parte geográfica. Algo tenían estas personas, para que hoy pensemos que el tiempo no mató al héroe.
Sin semblanza.