Garras
Dormir a una gata no es
pasarle despacito dos dedos por su frente
mientras está tranquila en tu regazo.
Dormir a una gata no es
cantarle canciones inventadas
para hacerle nacer el arrullo de su pecho.
Dormir a una gata no es
darle un tazón de leche
para que tenga buenas noches.
Dormir a una gata no es,
sobre todo no es, despedirte de ella
con la certeza de que le verás
los ojos modorros el día de mañana.
Quisiera que matar a una gata
no tuviera un eufemismo tan suave
como el pelaje que la cubría,
ni tan tierno como descansaba plácidamente
en un rincón de la casa.
Porque mandar a dormir a una gata
se siente como tener atorada
una bola de pelos en medio del pecho
o traer un puñado de garras
encajadas en el corazón.
Dormí a mi gata hace unos meses,
tuve que hacerlo,
y ahora escucho hasta sus pisadas
y la imagino escondida en un rincón de la sala.
Dormí a mi gata y no sé
si una parte de mí
también se quedó durmiendo.
Iveth Luna Flores (Monterrey, 1988). Su libro Comunidad terapéutica (FETA, 2017) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes Vidal 2016. Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León (2016) y del programa Jóvenes Creadores FONCA (2019 -2020).
La disautonomía es una enfermedad producida por un trastorno en el orden de reptiles (Sauropsida), caracterizados en parte por la mutación de piel, la cual asegura su sobrevivencia en el planeta. Al igual que las serpientes, las disautónomas lo hacen poco a poco: tiradas en un territorio seguro, por lo general una cama o un sofá, dejan de ser una persona humana para convertirse en una persona tortuga; esto en relación con su inmovilidad y su poca capacidad de mostrar alguna emoción puede desesperar a la mayoría de la población capitalista. Su tiempo-tortuga permite la regulación del sistema nervioso autónomo. El aburrimiento puede ser una respuesta normal. De hecho, se ha observado que las disautónomas tienen una tendencia a buscar la nada como mecanismo de defensa ante los cambios climáticos del cerebro y la emotividad. Asimismo, las disautónomas son el grupo de reptiles más pequeño: un caparazón protege a la fatiga. La fatiga de motivación. Las disautónomas son animales ectotérmicos, lo que significa que su actividad metabólica depende de la temperatura externa o ambiental. La somnolencia y la diferencia de los lagartos y de respuestas en nuestro cuerpo equivale al esfuerzo físico, al estrés por poseer emarginaciones temporales, bordes infinitamente cóncavos.
Anaïs Abreu D’Argence(Ciudad de México, 22 de abril de 1982).
Escritora, editora, artista del libro, fotógrafa y artista multidisciplinaria. Estudió en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas, así como del Programa Jóvenes Creadores del FONCA. Ha estudiado diversos diplomados y cursos relacionados con la fotografía y el performance, en la Escuela Página en Blando, la Escuela Activa de Fotografía de Querétaro y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. En el año 2020 tuvo la oportunidad de tomar un curso intensivo con la artista Regina José Galindo en el espacio TransDrama. Es creadora y directora del proyecto editorial La Dïéresis, cuyo principal objetivo es lograr, en cada libro, una conexión íntima entre formato y contenido. Asimismo, ha obtenido varias menciones por su trabajo como artista del libro de manera individual. Ha expuesto en diversas ferias dentro de galerías en México y en otros países del mundo. Sus libros de artista y poesía se pueden encontrar en colecciones importantes de arte, tales como las bibliotecas de las universidades de Stanford, North Carolina at Chapel Hill, Berkeley (California) y Nueva York, en Estados Unidos. Entre sus libros más importantes, destacan: Dualidad (2012), mar/ofrenda (2014), Caja de Té (breves poemas japoneses) (2015), Origami (2015), Gyotaku (2017), nudo (2017), Favor de no tocar (2017), Against (2018), Peces anaranjados (2018), La puerta blanca (2018), La repetición, (2018), Kind of blue (2019). Su libro más reciente de poesía, Lo que se pudo ver, ha sido editado por la Universidad de Querétaro, dentro de la colección Libro Mayor. Ha colaborado en diversas revistas como Nexos, LetrasLibres, PeriódicodePoesía, entre otros. Sus fotografías y trabajo visual conforman las portadas de algunos libros de prestigiosas ediciones independientes.
Poeta y editora. Estudió Literatura Iberoamericana en la Universidad del Claustro de Sor Juana y una maestría en Lexicografía Hispánica en la Escuela de Lexicografía Hispánica de la RAE. Es autora de la plaquette de poesía Lo que perdimos y otros poemas (Aquelarre editoras, 2018) y de la exposición gráfica “un texto es un lienzo es un texto” (UCSJ, 2018). Ha publicado poemas, ensayos, cuentos y traducciones en El Universal, Letras Libres, Hispamérica, Tierra Adentro y Punto de partida, Indundación Castálida, entre otros. Sus videopoemas e intervenciones a textos han aparecido en El rizo robado,Mula blanca, Periódico de Poesía, Chiquilla te quiero y Colectivo Dubius. En junio de 2020 formó parte de la exposición virtual “Poéticas desde el encierro” organizada por la Galería Libertad de Querétaro. Fue becaria del Programa Jóvenes Creadores 2019- 2020 del FONCA en poesía.
La malvada abuela, la mariposa vuela Mi abuela maestra de latín La mosca me enseñó a volar Pero quién digo quién y cuándo y quién me enseña a bien bailar
Estoy en la biblioteca de Jorge Batalla; la literatura y el mal en español Los estudiantes son masoquistas, y los profesores—? La pasión y el poder La escritura, la hoja en la que escribo, esta segunda dimensión de la escritura en la que no existe el binario de género
Me había encontrado tantísimas veces con la palabra homophobia, y en los últimos años el uso más contemporáneo de transphobia y de serophobia, pero nunca había escuchado a nadie pronunciar la palabra biphobia, hasta hace unos meses durante una charla en una clínica de la Nueva Orleans, una clínica que se creó durante la llamada crisis del SIDA Pues estamos en Bi Hall, y yo soy el agente etiológico, el zancudo amazónico, Aquí estamos en Bi Hall Frau Deshaies me dijo que la bisexualidad no existe Der Besuch der alten Dame Mi amiga y su gallina Mi podruga Alejandra Mi amiga Julieta con quien hablaba del pollo y de los huesos y con quien fui al jardín secreto, al hortus conclusus Y ese mismo verano engañaba el francés hablando por teléfono con el señor Cante, mirando sincronizados Opening Night de Cassavetes El siguiente año, Loparo, de herencia española-italiana, me preguntó si tal vez él me caería mejor si fuera más mexicano Y yo hice el Cupido a él y a Alyssa, con quien había hecho la partouze de cuatro Después el padre de Marx se murió Y yo encontré al corso Y a Arya la vegana, el vegano con sus playeras blancas, su pelo bien peinado, y sus tazones de lentejas, escribiendo sobre el lenguaje del cuerpo en la obra de Proust Y a Lorena también le interesaba la búsqueda Y vimos en la casa de Sicot Il Gattopardo de Visconti, una secta de Noiray, Y después de la sesión, fui a Richmond, y encontré a los compañeros internacionales de Lorena, incluso a Lourdes, la rusófila, quien advertía mis tendencias surrealistas Y luego en el hotel Mandarin Oriental de Manhattan En el piso sesenta y nueve Entré en un pacto diabólico viajando a la jungla de París con este Tarzan iraní-americano
Y en París Emran al-Amin fue mi compañero de guerra Y tenía una copia de Rayuela en su cuarto Y fuimos a las catacumbas, trepamos por sus venas, Y yo vi señales pintadas, grafiti espantoso, huellas de los primeros años del SIDA “El viaje a la semilla” Se dice que en Francia, on ne tape pas les femmes! Mas después la pareja, Emran y Maximilien, se burlaban de mi clase de homosexualidad, el curso que tomaba sobre la prosa de Jean Genet, con el profesor Alazet, “Alanez” lo llamaban Él es un especialista en Duras, y como ella, yo escribo y reescribo mi historia… Por Skype hablaba con la salvadoreña Y le dejaba mensajes de voz, jugando con el voseo: hola mi vida, ¡llámame, o llamáme!
Pero vuelve la negritud, las sombras que te susurran en el parque Tu veux du shit? Y hay la continuidad de los parques, y uno tiene que regresar al país natal que ya es fatal Y vuelve una canción de amor, algo pasa a través del hueco de la cuarta pared, y siguen volviendo los muertos así que recibí esta foto del culo de mi compañero afro-americano, el tenista sodomita se decía, Dejon, muerte súbita… Él me había dicho durante nuestra primera conversación íntima Después de asustarme, diciendo que sabía todo sobre mi “amigo especial,” así lo llamaba también la madre de mi madrastra, la de la reunión de los amigos, de los cuáqueros, en que iba mi profesor de historia estadounidense, hay gente de la sal de la tierra… Pero bueno él, Dejon, me dijo que estaba tratando de entender al hombre blanco
Aunque sea blanco, yo tampoco no entiendo a la llamada raza blanca Aunque no soy blanco, aunque yo sé que el color de la piel como tal no es la base de nuestras nociones de la raza, Me dio vergüenza cuando yo me sentía frustrado por las circunlocuciones de una compañera durante una cena aquí: Ella estaba tratando de elaborar una descripción correcta para distinguir entre dos personas del mismo nombre, y yo de repente le pregunto, un poco fuerte, ¿es la blanca o la negra?
Hay otras preguntas, y otras oposiciones, yuxtaposiciones cromáticas: Le rouge et le noir, el rojo y el negro, el indio y el esclavo, el encuentro, el desastre, el trauma del nacimiento del llamado nuevo mundo La tempestad La tormenta china El ojo del tigre de Puducherry La turbia confluencia ojalá ojalá ojalá ojalá El eje
Nota del autor:
Este texto se puede considerar un eco del cuento de Borges, La biblioteca de Babel; el título se refiere a la novela El recurso del método, de Carpentier. Es un texto que yo llamaría “transgenérico”, lo cual es muy conveniente a mis preocupaciones del verano de 2019, en cuanto a la transexualidad y a la idea del italiano Mario Mieli de que todos somos seres transexuales, y a mi obsesión gramatológica con el prefijo del latín trans… Lo dedico a la biblioteca Davis, donde lo escribí, y también al comedor Proctor, donde lo revisé, y a la Bi Hall (Bicentennial Hall at Middlebury College in Middlebury, Vermont) en que estaba en el momento de leerlo por primera vez, en agosto de 2019, en la clase de Escritura Creativa en la maestra Sandra Lorenzano.
Jonathan Slaughter nació y creció en Carolina del Norte, EE.UU. Estudió francés, castellano y literatura comparada en UNC Chapel Hill, Middlebury Language Schools, y en la Université Sorbonne Nouvelle. Ha estudiado, en distintos momentos y programas, en Duke, Columbia, Tulane y Lousiana State University. Es escritor, actor de teatro y traductor. Actualmente enseña francés en la Universidad de Carolina del Norte (Charlotte). Recientemente publicó “El botón de dicha de Narciso: Vallejo y la no homología de Trilce XIII” en Carátula: Revista Cultural Centroamericana. Puede consultarse su perfil aquí.
Psicólogo, docente, escritor. Ha publicado Cenicero (Malavida Editorial, 2017). Sus colaboraciones literarias pueden ser encontradas en la revista Los Bastardos de la Uva (Abril, 2013), la compilación de poesía Señales para quien está de paso (Malavida Editorial, 2017), Maldito Vicio del diario El independiente de Hidalgo (Noviembre, 2017) y en la revista electrónica Casa Rosa: Hospedaje Cultural. Fundador de Circuito: Intervención y Arte, becario Interfaz Issste | Atemporalidades, Anacronismos y Emergencias (Junio, 2018).
Estúpidas fronteras
podríamos ser todos amigos
o al menos obsequiar respeto
hacerle caso a los budistas
cristianos, testigos de Jehová
a los católicos de bautizo
pero alcohólicos empedernidos todos
podríamos fumar legalmente
de un bong con forma de biblia
asistir a misa de 4:20
y ver Los diez mandamientos de Marley en la escuela
podríamos estar en paz con el mundo
solo un momento
pero tenías que escribir Mi lucha
tomar el Estado
invadir América, Europa
arrojar tanta jodida bomba
odiar a los palestinos
todo el maldito power
que el mundo entero tenga un iPhone
el niño muera dormido
mientras cuelga de la espalda de una mujer con anemia
tenías que ponerle barras y estrellas a la rabia
tenías que desear lo que no tenías
tenías que insistir en salir en la portada
y a pie de fotografía:
esa foto de un niño inmóvil a quien besa la marea
la subió a redes Sin escrúpulos
podríamos ser todos amigos
olvidar las estúpidas fronteras
concentrarnos en descubrir a la bestia en el adentro
En su delirio clínico, Ángela Escobar, asegura ser actriz. Gusta de rituales nocturnos y la parapsicología. Ha publicado cuento y poesía en diversas revistas tanto físicas como electrónicas. Participó en el III Encuentro Efímero de Poesía en Pachuca, autora de Debajo de mis Venas Silenciosas (Ediciones Periféricas, 2019). Es guionista, productora teatral y actualmente incursiona en dirección escénica. Ángela Escobar se encuentra y se conoce entre historias, escenarios y poesía.
Diario de la señorita Lane
I will scream in vain,
oh please, miss Lane,
leave me with some pain.
“Dark Entries”
Bauhaus
Él frente a la señorita Lane,
resbala tinta oxidada.
En sus ojos de invierno,
y partituras de historias,
olvidadas en un vinyl.
Él metamorfosis de gritos,
y arañazos en su memoria.
Fuego en las entrañas,
juego de la indecencia de la señorita Lane.
Te mueres en treinta y seis minutos,
con seis segundos.
Con los ojos cerrados, empapados,
de sudor y estrellas.
La señorita Lane dobla la perversión,
en el bolsillo.
Criatura mística que alza el vuelo antes de
medianoche.
Él revolotea en la ausencia-noche,
de un espectacular vacío.
Las luces se funden en los viejos tiempos,
lista para la acción.
La señorita Lane muerde las lágrimas,
de viejos vampiros,
olor claro-oscuro.
Con uñas de fuego pálido,
arropa el sexo de la señorita Lane.
Mientras ella disimula
la decadencia con humo de cigarrillo.
Él cuerpo de dios-roto,
titila bajo el frío de espejos,
La señorita Lane construye,
una barca de muerte, orgías,
voces y el sabor de la derrota.
Obscenos despojos azules
A ella que en su universo mórbido,
de notas desordenadas,
naufraga entre ríos de miradas grises.
Ella de enajenados insomnios,
y pesadillas recargadas en la espalda,
cómo cadenas oxidadas,
la beldad demacrada,
cruje como lastre.
Ella, que pinta sus labios de corriente eléctrica,
Selene Flores, (Guadalajara, Jalisco, 1998), es una poeta apasionadamente disidente, de gran ímpetu por las sensibilidades de la resistencia.
Su trabajo, publicado mayormente en Liberoamérica, nos recuerda al abordaje de mujeres revolucionarias -en la acción y en la obra- como Susana Thénon o Alaíde Foppa. Su formación le ha permitido alumbrar los movimientos de la más ardua consideración del mundo.
Poeta y estudiante de sociología. Ha sido ganadora del certamen Creadores Literarios Fil Joven (2014, 2015), y del Torneo de Escritores Universitarios Arreola-López Velarde de la Universidad de Guadalajara (2017). Algunos de sus textos se encuentran en la revista Vaivén de la Universidad de Guadalajara, El Humo, de la Universidad Autónoma de México, y las revistas digitales de Low-Fi Ardentía, Tres pies al gato y El periódico de las señoras. Es autora del poemario Cinema (2018), publicado por Cuadrivio Ediciones.
Para S. Ábrego
Vive en mí
la visión de una tú mucho más vieja
que conserve dedos delgados
y ojos de curiosa ternura.
Catedrática, nos miras
hablas de la urgencia, pensar cómo pensar
la muerte de la poesía
camina
entre las filas de nuestras bocas ignorantes.
Te sientas a la mesa
con el afán de salir
una tú mejor de la que entró
imagino que, en sueños,
tomé tus manos
y supiste que yo también estaba sola.
Para Alma
Yo podría sentarme con collares de perlas en el cuello,
fregar los platos con guantes después de cenar
poner los chocolates en bomboneras de cristal,
leer revistas
mientras espero la tristeza y la novela de las seis.
Recoger a una niña regordeta del ballet
recordar cuando yo bailaba y era tan grácil
tan más grácil que ella,
nada heredó de mí.
Podría también vivir en la sierra,
tejer patrones de flores y de alpacas,
enseñar a las criaturas a leer,
recitar a Freire sentada con nada más
que una lámpara de gas,
esperar que no te peguen un tiro en la cabeza
y despierta
tenerte el café listo para mañana cuando partas.
En cambio, ya ves
me han visto tú y los otros
sentada en los bares,
descalzada en las banquetas
pidiendo otra copa, encendiendo un cigarrillo,
hablando de Federici; suicida como Plath.
Qué risa debo dar con mi discursillo trágico,
contando las horas en que todo salió mal,
fui descubierta tantas veces,
a tan pocos convencí
y siguen cayendo, moscas,
me encanta el brillo de los unos
cuando me digo comunista,
y la euforia de los otros
que quieren anillarme,
ponerme casa a mi gusto cerca de Coyoacán.
Los encuentro ridículos a todos,
así es, dije los encuentro,
así hablan las mujeres como yo
que tanto hemos leído, que tanto fracasado,
que durmieron en el lobby de un hotel
porque las sábanas blancas de una cama matrimonial
sin estar matrimoniada, resultan aterradoras,
así es, dije resultan, qué gran literacidad.
A partir de aquí ya pueden comenzar
con sus encantadores vicios,
¿se compadecerán de mí?,
¿o son más del estilo de lapidar y olvidarse?
Como sea, no lo piensen tanto,
tengo unas vacaciones pagas en el sur
y varios mandados que hacer en Providencia,
comprar un nuevo traje de baño, con tiro alto
que me haga cintura,
aprender a tirar con pistola,
hacerme el gel de las uñas,
traducir yo misma a Apollinaire,
correr del fantasma de la hija que no tengo,
y terminar de leer la biografía de Keynes,
el libro dice que era un excelente intelectual,
tomaba el almuerzo con Virginia Woolf,
porque esa gente no comía, tomaba el almuerzo,
y me quedé en la parte donde el autor dice ¡Keynes pudo haber sido tantas cosas
y decidió hablar de economía!
Su débil corazón le pasó factura,
comienzo a sentirme rara,
convendría otro café,
y que alguien me sujetara de las manos,
desfallezco,
qué risa, qué comicidad
esta manera mía de morir.
Sietezorros es el nombre con el que el músico y escritor de canciones Jorge Galindo (Xalapa, Ver., 1991) recurre a la palabra sobre la página para acercarse a la poesía independientemente de los medios y de las estructuras musicales del songwriting.
MUERAN HUMANOS
Festival NRMAL 2017
el ruido y la furia
de la máquina humana
impulso inicial
sabes de sobra el lugar que ocupas
pero en tu instinto está rehusarte a aquello
¿a qué otro lugar irás?
por campos de espuma marchitará tu nombre
¿a dónde si has de llegar
te recibirán con flores?
aguarda un poco
te insistes
te engañas
abres tus brazos
te niegas ausente
solitario durmiendo
la sombra que acontece
no hallas un sitio abrigo lloroso
y cuelga ian curtis
su soga en la esquina
roja rosa visceral
la luz imperante
te tira al suelo convulsa
y bailas con ella en la nada
de aquél espejo
cantaron canciones
de años de ruido
las sombras que tú mismo proyectas
MATANDO A PLATÓN
pienso en aquello que vino a decirme el agorero viejo
si es cierto que no dominamos técnica alguna ¿qué sentido tendría pensar entonces una ciencia para el acomodo sensible de los pájaros a contraluz que estáticos en el tiempo permanecen en constelación perpetua para nuestro incesante estudio?
yo también río y acaso me imagino semejante a Tínico de Calcis quizás un claro ejemplo de que la inspiración sólo llega para que lágrimas se le derramen una vez que se le ha perdido.
DEL LIRIO
[…] de pronto todos los locales de Regina empezaron a cerrar diciendo que «ái vienen los saqueadores». De modo que comencé a pedalear en contra del flujo de la gente para ver qué pasaba. No había mucho. Sondeé a algunos locatarios, unos decían que los «saqueadores» venían por el Zócalo, otros que por Izazaga, todos coincidieron en decir que la policía fue quien dio el aviso. […] En ningún lugar, nadie, había visto a los tales «saqueadores». Lo que sí vimos fue policía, muchísima policía. […] Al final nada había pasado, salvo el miedo.
–Testimonio en Facebook; 04 enero, 2017.
no es el viento quien trae el aviso
no es un presagio de setecientos años
aquella sombra que se avecina
{ apenas y habla y apenas y existe }
no es de pasos que está hecho su andar
en la nada el nombre de nadie reclama
como un fantasma sin cuerpo
{ que apenas y habla y apenas y existe }
pero se siente
cuando la boca de tu vecino
grita allí viene
como el frío del lirio
como un viento febril
y un frío delirio
entonces nadie
sale de casa y marcan sus puertas
derraman en ellas la vida
del cordero más joven el indefenso
que ayer engendramos
en la plaza llena de gritos.
SECUENCIA REGRESIVA
estamos en nuestro dolor
muy adentro
y nos negamos a soltarlo
afuera hay guerras
pero adentro hoy se celebra la milésima
batalla final que tendrá
que volver a librarse mañana
por eso con la cuenta regresiva en aquel
casio al que hace tiempo le retiramos la pila
brindamos en la espera de la explosión
atómica que nos dijeron levantaría nuestras almas al cielo
pero llega un nuevo día y fatigados de cerrarnos
las puertas
con nuestras espaldas encontradas
esperamos a que el más valiente se levante
e indiferente al momento de vulnerabilidad recién acontecido
Dos poemas de Jack Dou (Honduras, 1998) uno de los participantes del III Encuentro Efímero de Poesía en Pachuca.
Estudiante de la carrera en Literatura y Creación Literaria en Centro de Cultura Casa Lamm. Actualmente cuenta con dos publicaciones en Revista Literaria Monolito. Residente en la Ciudad de México desde hace un año.
Sólo quiero ser crucificado
Quiero tener una corona hecha con botellas de alcohol que los vidrios se entierren en mi conciencia, al son del Réquiem treinta y nueve azotes con las palabras de un poeta vanidoso una temporada en el infierno. Quiero cargar una cruz que sueña con amores monstruosos que mi espalda se llene de llagas un universo fantástico de dolor ¿Por qué he malgastado mi vida? Quiero las burlas de quienes no me entienden ser tratado como el Nazareno, en un camino tortuoso encontrarme con una sonrisa pobre pero querida por el alma. A mis veinte años quisiera tener treinta y tres o tal vez veintisiete ¡ahora me rebelo contra la vida! El dolor y la pena siguen persignando mi espalda en mortuorias oraciones ¡que revienten mis vertebras! El camino al monte calvario es excesivamente simple, demasiado ligero para mi orgullo, ¡que no se me acerque ningún Simón de Cirene! Mi cruz está hecha por el rechazo y por pútridas sonrisas una tortura sutil, ¡somos tantos en el mundo! ¿Por qué he malgastado mi vida? Los clavos se empiezan a enterrar ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! No sólo en mis manos y pies, perforan el alma ¡Crack! ¡Crack! ¡Crack! Un clavo: soledad. Un clavo: recuerdos. Un clavo: Amor. Amor. Amor. Amor. Amor. Amor. Doce meses en una cruz y todavía desconozco la caridad. Pobre y querida alma la eternidad no está del todo perdida para nosotros. En gritos de soledad y murmullos amorosos mis brazos se empiezan a desprender de mi cuerpo cada célula se congela con los escupitajos de los días robados. Todavía espero que me claven esa lanza en mi dorso. Un último deseo de ser amado.
Existir en el exilio
Déjame contarte, madre, que aquí hay cuatro estaciones… las hojas caen en olas de eterno calor y renacen resquebrajadas en la ausencia, pero yo siempre tengo frio. Déjame contarte, padre, que la calaca ya no se posa sobre mi cama, que ya dejó de lamerme el oído… con sus cantos de alerta. Déjame decirte, Calor, que los huesos se me entumecen y las esquirlas de hielo los perforan. Que mi piel llagada se congela al extrañarte Dios, déjame contarte: desde que me fui, no he visto tus ojos nocturnos Dios, te voy a decir un secreto: desde que me fui, tus penas me parecen putrefacciones del pasado. Mi amor ¿sabes de la gran serpiente naranja? Sus víctimas son voluntarias, en el vientre metálico de la serpiente nos deshumanizamos. Por último quisiera comunicarte. Del gran exilio humano y que el único recluso. Soy yo.
Parte de Los (d)efectos horrosos del amor, antología.
¿A qué saben tantos kilos de balas que a diario se disparan en contra de la sociedad? ¿A qué olerá tanta sangre derramada? ¿En qué río desembocan las lágrimas de toda la humanidad? ¿En dónde se hospedarán el hambre, la desesperación y la insolencia? ¿Cómo se hacen caber tantos cadáveres, homicidios, feminicidios, masacres y suicidios debajo de la tierra? ¿Qué entienden los niños cuando el familiar o el presbítero rompen la barrera que divide la inocencia de lo horroroso y vulgar? ¿Cómo se le explica a una mujer que su libertad de vestimenta y expresión es la principal causante de tanto odio, violación y asesinatos en contra de su especie? ¿Cómo se les explica a los hombres que la patria es primero y que se les necesita para defenderse y partirse el alma contra sus enemigos?
¿Cómo se justifica tanta violencia, desigualdad, desastres, contaminación, esclavitud y pobreza? ¿En dónde se encuentran dios, la virgen y todos los santos cuando la desgracia y el infierno azotan la tierra? ¿A dónde huyó la paz después de que la muerte resucitó? ¿Cómo se logra la prosperidad? ¿Cómo se mantiene la esperanza? ¿De qué manera se le salva a un refugiado, a un artista, a un maestro, a un periodista de las garras del gobierno, de la opresión y del crimen organizado? ¿Cómo soportar tanta presión y deudas? ¿En dónde están la educación, los valores y la justicia? ¿De qué manera nos beneficia la política? ¿En qué nos están ayudando senadores, diputados, alcaldes, gobernadores? ¿El presidente? ¿Cómo explicar el presente?
¿Cómo se le habla de felicidad al huérfano? ¿Al indigente? ¿Al adicto? ¿A los tristes del asilo? ¿A los limpia parabrisas? ¿A los que venden dulces? ¿Al que roba? ¿Al que pide? ¿Al que necesita? ¿Al que clama? ¿Al que llora? ¿Al que le duele? ¿Al que lucha? ¿Al que no se detiene? ¿Al que se vende por un pedazo de pan? ¿Cómo se le consuela a una persona alcanzada y tocada por las duras manos de la indiferencia, de los prejuicios y las modas? ¿Cómo se hace el amor sin lastimar a nadie?
¿Qué se hace cuando el miedo ha inundado a la población y la supervivencia se convierte en un tema tedioso e imposible de lograr? ¿Qué nos espera después de culminar la universidad? ¿En qué nos convertimos cuando llegamos a la vejez? ¿Cómo se le convence a la gente de despertar, de rugir y hacer temblar y crujir a la Ciudad de México, a los pueblos indígenas, a Tamaulipas, a Tijuana, a Ciudad Juárez y otras más por haber? ¿Cómo se le devuelve al ciudadano lo que siempre le ha pertenecido por herencia nacional? ¿Cómo recuperar la identidad? ¿La dignidad? ¿Cómo se vuelve a tener fe? ¿Cómo se reconstruye la confianza? ¿Hasta qué momento se termina la guerra? ¿Cómo se juzga al que nada tiene y sin remedio alguno tiene que salir a robar? ¿Quién podrá regresar el tiempo y ponerte a tu padre, a tu madre, a tu mejor amigo, a tu hermana, a tu hermano secuestrados, torturados y desaparecidos en tu cara para despedirte de ellos?
¿A dónde se fueron los valientes, los pensantes, los conspiradores, los guerrilleros, los amantes y libertadores del país?
¡Oh poesía! Llévame lejos, muy lejos de aquí, bórrame de la faz de la tierra, hazme polvo, una partícula más nadando en el infinito, redúceme a la nada, al olvido, a la muerte instantánea que ya no quiero saber nada de la vida, del infortunio, ni de la perra suerte.
Mario Alberto Jiménez, 22 años, originario de Tijuana Baja California Prosista. Estudió en la Asociación para Escritores Hidalguenses. Co-fundador de Libros Vagabundos. Se ha presentado en Radio y Televisión de Hidalgo, Foro Escénico, Fundación Arturo Herrera Cabañas, Rockanbilly Vintage, Rayuela Brew Bar, entre otras locaciones. Ha colaborado para las páginas de Plantando Libros, Libros Vagabundos y Generación Letras.