«Garras», un poema de Iveth Luna Flores

Fotografía, retrato, por Tania Martínez
Garras

Dormir a una gata no es
pasarle despacito dos dedos por su frente
mientras está tranquila en tu regazo.

Dormir a una gata no es
cantarle canciones inventadas
para hacerle nacer el arrullo de su pecho.

Dormir a una gata no es
darle un tazón de leche 
para que tenga buenas noches.

Dormir a una gata no es,
sobre todo no es, despedirte de ella
con la certeza de que le verás 
los ojos modorros el día de mañana.

Quisiera que matar a una gata
no tuviera un eufemismo tan suave
como el pelaje que la cubría,
ni tan tierno como descansaba plácidamente
en un rincón de la casa.

Porque mandar a dormir a una gata
se siente como tener atorada
una bola de pelos en medio del pecho
o traer un puñado de garras 
encajadas en el corazón.

Dormí a mi gata hace unos meses, 
tuve que hacerlo,
y ahora escucho hasta sus pisadas
y la imagino escondida en un rincón de la sala.

Dormí a mi gata y no sé
si una parte de mí
también se quedó durmiendo.


Iveth Luna Flores (Monterrey, 1988). Su libro Comunidad terapéutica (FETA, 2017) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes Vidal 2016. Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León (2016) y del programa Jóvenes Creadores FONCA (2019 -2020).

El presente es parte de la selección de ©Michelle Pérez-Lobo, 2021, como editora invitada en ©DUBIUS septiembre-octubre, 2021.

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