
Sietezorros es el nombre con el que el músico y escritor de canciones Jorge Galindo (Xalapa, Ver., 1991) recurre a la palabra sobre la página para acercarse a la poesía independientemente de los medios y de las estructuras musicales del songwriting.
MUERAN HUMANOS
Festival NRMAL 2017
el ruido y la furia
de la máquina humana
impulso inicial
sabes de sobra el lugar que ocupas
pero en tu instinto está rehusarte a aquello
¿a qué otro lugar irás?
por campos de espuma marchitará tu nombre
¿a dónde si has de llegar
te recibirán con flores?
aguarda un poco
te insistes
te engañas
abres tus brazos
te niegas ausente
solitario durmiendo
la sombra que acontece
no hallas un sitio abrigo lloroso
y cuelga ian curtis
su soga en la esquina
roja rosa visceral
la luz imperante
te tira al suelo convulsa
y bailas con ella en la nada
de aquél espejo
cantaron canciones
de años de ruido
las sombras que tú mismo proyectas
MATANDO A PLATÓN
pienso en aquello que vino a decirme el agorero viejo
si es cierto que no dominamos técnica alguna ¿qué sentido tendría pensar entonces una ciencia para el acomodo sensible de los pájaros a contraluz que estáticos en el tiempo permanecen en constelación perpetua para nuestro incesante estudio?
yo también río y acaso me imagino semejante a Tínico de Calcis quizás un claro ejemplo de que la inspiración sólo llega para que lágrimas se le derramen una vez que se le ha perdido.
DEL LIRIO
[…] de pronto todos los locales de Regina empezaron a cerrar diciendo que «ái vienen los saqueadores». De modo que comencé a pedalear en contra del flujo de la gente para ver qué pasaba. No había mucho. Sondeé a algunos locatarios, unos decían que los «saqueadores» venían por el Zócalo, otros que por Izazaga, todos coincidieron en decir que la policía fue quien dio el aviso. […] En ningún lugar, nadie, había visto a los tales «saqueadores». Lo que sí vimos fue policía, muchísima policía. […] Al final nada había pasado, salvo el miedo.
–Testimonio en Facebook; 04 enero, 2017.
no es el viento quien trae el aviso
no es un presagio de setecientos años
aquella sombra que se avecina
{ apenas y habla y apenas y existe }
no es de pasos que está hecho su andar
en la nada el nombre de nadie reclama
como un fantasma sin cuerpo
{ que apenas y habla y apenas y existe }
pero se siente
cuando la boca de tu vecino
grita allí viene
como el frío del lirio
como un viento febril
y un frío delirio
entonces nadie
sale de casa y marcan sus puertas
derraman en ellas la vida
del cordero más joven el indefenso
que ayer engendramos
en la plaza llena de gritos.
SECUENCIA REGRESIVA
estamos en nuestro dolor
muy adentro
y nos negamos a soltarlo
afuera hay guerras
pero adentro hoy se celebra la milésima
batalla final que tendrá
que volver a librarse mañana
por eso con la cuenta regresiva en aquel
casio al que hace tiempo le retiramos la pila
brindamos en la espera de la explosión
atómica que nos dijeron levantaría nuestras almas al cielo
pero llega un nuevo día y fatigados de cerrarnos
las puertas
con nuestras espaldas encontradas
esperamos a que el más valiente se levante
e indiferente al momento de vulnerabilidad recién acontecido
resuma en una fecha
el egoísmo que nos separa
el adiós que repetiremos
eternamente sin importar el sujeto
que descanse en la cama